¿Habéis seguido alguna vez sobre mapa el trazado de cualquier recorrido ferroviario?
Hacedlo, con que solo sepáis entre que dos localidades transcurre será suficiente. Para empezar tened en cuenta que los trazados ferroviarios son peculiares por dos características muy concretas, por un lado un tren es incapaz de superar pendientes moderadas (creo que no mayores al 4% de desnivel) y por otro no pueden describir curvas cerradas, con estos dos parámetros podréis imaginar que estos trazados tendrán varias características a la hora de discurrir por el terreno. Primeramente describirán siempre que sea posible una línea recta y las curvas serán muy amplias, cuando una montaña considerable aparezca ante él y el rodeo para salvarla sea excesivamente grande perforarán túneles para poder conservar el grado de pendiente, por último cuando un gran cauce o barranco aparezca en su camino lo salvará mediante largos puentes o viaductos. En la construcción de los trazados se llevan a cabo otro tipo de actuaciones, pero que para nuestro caso de vista aérea no nos afecta.
Bueno, como ya sabemos como son y de donde a donde va, solo nos queda localizar la estación de partida y comenzar a seguirlo. Hoy día es sumamente fácil a través de las múltiples aplicaciones (Google maps, Earth, Sigpac, etc) disponibles en la red, buscar fotos aéreas donde localizaremos nuestro objetivo. Si nos acercamos suficientemente y son de buena resolución las fotos, llegaremos a ver las traviesas de las vías. Así comenzaremos nuestro viaje virtual del recorrido, se trata esto de un ejercicio que poco a poco nos irá dando soltura en este seguimiento y permitiéndonos seguirlo cada vez desde mayor altura hasta que casi no distingamos la línea que dibuja el trazado. Veréis entonces con lo explicado anteriormente lo peculiar de estos trazados, y nos comenzará a ser fácil distinguirlos entre una maraña de carreteras, pistas y caminos.
Esto en lo referente a líneas de tren actuales, pero ¿y las antiguas vías y trazados abandonados? En España existen más de 7.600 kilómetros de líneas que ya no tienen servicio de trenes o que nunca llegaron a tenerlo por quedar inconclusas las obras de construcción, muchos de ellos, concretamente 1900kms han sido recuperados por la fundación de los ferrocarriles españoles en itinerarios cicloturistas y senderistas en el marco del programa Vías Verdes. Para que nos entendamos, las famosas Vías Verdes. Como son fáciles de localizar, realizad el ejercicio anterior sobre estos trazados, veréis que siguen los mismos criterios y que con poco esfuerzo los localizaréis en el terreno.
Ahora bien, ¿que ocurre con los restantes 5700 kms?, ¿han desaparecido?, ¿están ocultos? Muchas de estas Vías Verdes son solo segmentos de trazados más amplios, que no se ha acometido su recuperación porque lógicamente los proyectos tienen un límite, así muchas de las veces cuando acaba una vía verde el antiguo trazado continúa adelante. Pongamos ahora en práctica todo lo aprendido anteriormente, sigamos ese trazado que sabemos por donde discurre, ¿recordáis?...curvas muy amplias, viaductos, túneles, caminos exageradamente rectilíneos…Como por arte de magia y a semejanza de esas láminas de visión mágica 3D, ante vuestros ojos aparecerá ese trazado olvidado y abandonado que ya nadie quiere pero que sigue ahí. Es sorprendente como incluso en líneas que no llegaron ni a tener raíles se distingue perfectamente esa plataforma por donde se proyectó circulara el ferrocarril. He buscado muchos de estos antiguos trazados y aunque alguno se ha resistido algo al final siempre aparece, me llama la atención como hay infraestructuras creadas con bastante posterioridad al abandono de la línea y que han respetado este trazado.
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| Este es un ejercicio-ejemplo, he dibujado dos ténues líneas para que no contaminen en exceso la foto y entre las cuales podréis adivinar uno de estos trazados, conforme os acerquéis veréis con gran detalle como salva la orografía. |
Para mí este ejercicio es algo que me evoca (salvando las distancias) exploración, y me motiva a sacar del olvido estos caminos que fueron o pretendieron ser para los trenes y que ahora podemos seguir aprovechando para un uso lúdico-deportivo. No creo que tengamos que esperar a que “nos los descubran”. El tiempo los ha olvidado pero están ahí, esperándonos para descubrirlos.
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