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El único dolor agradable es el que produce la actividad física intensa.

jueves, 16 de noviembre de 2017

LA ALIMENTACIÓN EN LOS VIAJES CICLOTURISTAS I

Una de las grandes virtudes del cicloturismo es la aparente autonomía que nos aporta en nuestros viajes. No necesitamos combustible y por lo tanto donde conseguirlo, pero en realidad nuestro combustible estará basado en nuestra alimentación y bebida, por consecuencia es un aspecto que deberemos cuidar. Lejos de pretender dar unas directrices nutricionales, a continuación os aporto los detalles básicos de cómo alimentarnos yendo a pedales de viaje y además disfrutar de ello. Estas indicaciones están enfocadas a un cicloturismo en el que utilicemos servicios de alojamiento y restauración durante el viaje.


Durante la práctica del cicloturismo tendremos unas necesidades energéticas muy distintas a las de una vida sedentaria, principalmente por la cantidad de calorías que vamos a necesitar durante nuestras etapas, variando sensiblemente según el tipo de jornada que tengamos por delante, por lo que habrá que tomar estas indicaciones a título genérico. 

Hay etapas cicloturistas en las que se pueden llegar a consumir más de 5000 calorías, una auténtica barbaridad. La conjunción de elementos como un perfil con muchos metros de desnivel, un terreno difícil, una bici muy cargada y un clima extremo son suficientes para conseguir obrar el milagro. Con estos números por delante la alimentación e hidratación serán algo a lo que tengamos que prestar cierta atención.

Como en tantos otros aspectos de la vida, lo mejor es mantener una dieta sana y equilibrada de la cual os daré unas sencillas pautas. Para llevarla a cabo se deben seleccionar los alimentos de modo que, por un lado, nos aporten la cantidad de energía suficiente y por otro, satisfagan las necesidades de todos los nutrientes esenciales. A efectos prácticos, los distintos alimentos se pueden clasificar en cuatro grandes grupos, en función de sus características nutricionales y que indico a continuación junto con el porcentaje que deben representar sobre el total de nuestra dieta:
  • Leche y productos lácteos-20%
  • Carnes, pescados y huevos-10%
  • Frutas y verduras-50%
  • Pan y cereales-20%
Mediante estas proporciones se asegura el aporte de los diversos nutrientes en una cantidad suficiente y equilibrada entre ellos. Además de estos cuatro grandes grupos de alimentos, el otro elemento esencial es el agua, pero dado que en la actividad ciclista cobra tanta importancia la trataré específicamente en el apartado "hidratación".

El estado óptimo nutricional no se alcanza mediante las comidas previas, ni siquiera mediante las pautas de alimentación seguidas los días antes del viaje. Un buen estado de nutrición es el resultado de unos hábitos alimentarios practicados adecuadamente y durante mucho tiempo, con regularidad, no es cuestión de unas pocas comidas.

A título orientativo os indico a continuación mediante la imagen la composición de los alimentos(por 100 gramos de materia comestible)



Los hidratos de carbono, fuente energética

En los ejercicios aeróbicos de larga duración e intensidad moderada como es el caso del cicloturismo, existe una alta demanda de azúcares de los músculos. El primer suministrador de energía del organismo para satisfacer un gasto energético es una sustancia conocida con el nombre de glucógeno, cuando comemos hidratos de carbono, estos se transforman en glucosa y se almacenan en el músculo y en el hígado en forma de glucógeno. Cuando el músculo solicita glucosa, porque la intensidad que llevamos es elevada, el glucógeno se descompone en glucosa y viaja a través del torrente sanguíneo dirección músculo. Nuestras reservas de glucógeno son muy limitadas(duran 40 minutos durante una actividad intensa), por ello a medida que en los esfuerzos intensos se van consumiendo nuestras reservas de glucógeno, entran en juego la combustión de las grasas, las cuales proporcionan la energía adicional necesaria.

Con todo lo expuesto sería recomendable que durante nuestro viaje aumentáramos la proporción de hidratos de carbono en detrimento de las grasas, aunque sin obsesionarnos ni llevarlo a extremos incómodos.   

La hidratación

Es el apartado más importante cuando se trata de hacer cicloturismo y descuidarlo nos puede acarrear graves problemas. Si un día comemos poco y mal podremos tener un mal rendimiento, si acabamos deshidratados el asunto será mucho más grave.

Para que la temperatura corporal no aumente en exceso, nuestro organismo utiliza un sistema de refrigeración con agua: la transpiración. Cuanto más intenso sea el esfuerzo físico mayor será la transpiración, aumentando proporcionalmente según los factores de temperatura, humedad del aire e intensidad del esfuerzo.

Durante el ejercicio físico hay dos hechos fundamentales que contribuyen a la aparición de la fatiga: la disminución de hidratos de carbono almacenados en forma de glucógeno(fuente de energía para el músculo) y la deshidratación por pérdida de agua y electrolitos a través del sudor.

A través de la transpiración no solo se elimina agua, sino que el sudor va también acompañado de sales minerales, siendo las más importantes desde el punto de vista de la actividad física el potasio, calcio y el sodio, la recuperación de estas sales la conseguiremos mediante la leche, el queso y yogures en el caso del calcio, las frutas frescas y las verduras para el potasio y el agua nos aportará el sodio necesario, siendo muy importante tomar bebidas isotónicas que contribuyan a la más rápida y eficiente recuperación de este.

Las características que esta bebida debe tener son:
  • Tener entre 270-330 mOsm en su formulación(isotónica)
  • Que contenga entre 80-350 kcal/litro
  • El 75% de la energía debe provenir de hidratos de carbono de alto índice glucémico(glucosa, sacarosa y maltodextrinas)
  • El aporte máximo de hidratos de carbono debe ser del 9%(90g/l)
  • El contenido de sodio debe estar entre 460-1150mg/l(20.50 mmol/l)


Cumpliendo estos parámetros deberemos buscar la bebida adecuada. Para que sea práctica en el transcurso de un viaje lo más adecuado es optar por un formato en el que tengamos solo que añadir el agua con posterioridad, existen en el mercado distintas opciones bien en polvo o pastillas, incluso en sobres o efervescentes aún más versátiles. 

Una medida digamos estándar, sería beber medio litro por hora, lógicamente repartida a lo largo de la misma, si la temperatura y humedad fueran altas habría que incrementar esta cantidad de líquido. 

Un detalle a tener en cuenta es que en jornadas especialmente calurosas los bidones que llevemos en el cuadro de la bicicleta se calentarán con relativa rapidez, así deberemos consumir antes el colocado en el tubo diagonal, ya que el ubicado en el del sillín permanecerá más tiempo a la sombra que le proporcionará nuestras piernas y por lo tanto se calentará con más lentitud.

Sobre esta materia recomiendo consultar los siguientes artículos:

Hidratación 2


Bibliografía: La nutrición en el deporte. Sociedad Nestlé©

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Dada la extensión del artículo lo he dividido en dos partes, tratando en la segunda temas como el desayuno, la comida en ruta y la cena, así como mis conclusiones finales.

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