Para ello se nos hizo una presentación a cargo de la bióloga Marta Narváez indicando el procedimiento a seguir y la metodología a emplear para el rastreo de las señales válidas que indicaran la presencia de este singular mamífero. El procedimiento para el reparto de zonas, sería el de la división del territorio mediante unidades de muestreo en cuadrículas UTM de 10x10 kilómetros, permitiéndose así una fácil distribución del trabajo. Se nos facilitó una ficha en formato Excel para la toma de datos, que una vez cumplimentada debería reportarse al coordinador del sondeo, en este caso la SGHN.
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Ya estaba todo listo, solo faltaba escoger el día propicio para acercarse a los lugares elegidos para la búsqueda de rastros. En mi caso serían el río de la Miel(Algeciras), el río de Los Molinos(Tarifa) y el arroyo del Raudal(Los Barrios). Estos lugares no estaban escogidos al azar, sino con la seria posibilidad de que el resultado fuese positivo en la búsqueda, ya que estos animales necesitan de cursos de agua sin atisbo de contaminación y donde la presión humana sea poco importante. El primero de los rastreados fue el río de los Molinos, aún siendo un lugar muy propicio el resultado fue negativo, no obstante esta prospección me permitió conocer mucho más a fondo un sitio espectacular y tranquilo donde los haya. El río de la Miel era el segundo de mis cursos de agua elegidos para el rastreo de señales, aún siendo otro lugar ideal tampoco obtuve resultado positivo, quizás la cercanía de un sendero oficial no contribuya a ello. Finalmente en el que tenía más fe encontré rastros, no en vano hace años en este enclave tuve un avistamiento directo con este animal tan esquivo al ser humano, las señales encontradas en el arroyo del Raudal confirmaron que la nutria sigue encontrando en este enclave un lugar idóneo para subsistir.
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