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El único dolor agradable es el que produce la actividad física intensa.

jueves, 11 de enero de 2018

LA ALIMENTACIÓN EN LOS VIAJES CICLOTURISTAS II

Tras la primera parte del artículo dedicado a la alimentación, desarrollo los siguientes apartados sobre el desayuno, la comida en ruta y la cena.

El Desayuno

Cuando viajamos el desayuno toma mayor relevancia como una de las comidas importantes del día. Esto es así puesto que junto con la cena serán las que efectuaremos cuando ya hayamos terminado la jornada o en este caso aún no la hayamos comenzado, con lo que al menos será más cómodo y relajado, aparte de ser la que nos aportará la energía inicial.

Lo ideal es tomar el desayuno un par de horas antes de iniciar la marcha, ya que una vez comiences a dar pedales se reduce mucho el aporte de irrigación sanguínea a nivel estomacal y abdominal con el consecuente problema que nos puede ocasionar. Como esto muchas veces es difícilmente aplicable, lo mejor será desayunar nada más levantarnos y luego acudir a la habitación para ir al baño, vestirnos, preparar el equipaje, ajustar la bici, etc. con lo que ya habremos ganado una hora a la digestión.

Otra norma básica es no dedicarnos a hacer experimentos con alimentos que no hayamos probado previamente en desayunos antes de alguna otra ruta y que en algún buffet nos pueda entrar por los ojos, ya que puede tener en nuestro organismo una reacción poco deseada.

El desayuno en si, sin llegar a comer muchas cantidades, debe ser copioso pero digestivo. Como alimentos recomendables señalo:
-Zumo de frutas, fruta fresca, café, cereales, jamón cocido, queso, yogur, lácteos, miel...


Preparados energéticos, muy útiles y prácticos. Si son de una marca de prestigio nos aportarán mucho.

Alimentarnos durante el día

Hay que tener en cuenta que a medida que hacemos ejercicio, los niveles de hidratos de carbono del organismo descienden, por tanto, o vamos reponiendo los gastos o acabaremos agotados a las pocas horas de haber iniciado la marcha. Los carbohidratos que consumas deben ser de rápida asimilación para evitar un descenso en el rendimiento, pero a su vez de liberación sostenida a lo largo del tiempo.

Las características objetivas de nuestro alimento deberán ser la ligereza, comodidad y facilidad de digestión. Con esto nos referimos principalmente a que sea inerte, pese y abulte poco. Lo más práctico son los preparados comerciales como las barritas, geles y concentrados energéticos. La glucosa, sacarosa, maltosa y maltodextrinas, tienen que ser la fuente principal de su composición para que provoquen una rápida respuesta de insulina. Existen muy específicos y con diferentes aplicaciones. Si nos decidimos por las barritas, hay que saber que no todas son iguales y es más que recomendable optar por alguna marca de nutrición deportiva, observando detenidamente los detalles de su composición, debiendo evitar las que abarrotan las estanterías de supermercados sin más aportación que ser un mero tentempié.

Lógicamente tambien podremos aportar energía a nuestro cuerpo de forma más natural con alimentos con esas mismas propiedades. Los más indicados serían los higos secos, dátiles, galletas, pasas, orejones, ciruelas pasas, pan blanco de molde con mermelada o miel, dulce de membrillo, etc.

Desaconsejo cargar con fruta ya que presenta grandes inconvenientes, por su peso, volumen, facilidad para deteriorarse dentro de nuestro equipaje y ser poco práctica a la hora de tomarla.

Otro dato importante es no dedicarnos a experimentar con los preparados comerciales en pleno viaje, ya que desconocemos la reacción que podamos tener a alguno de ellos, provocándonos alguna reacción incómoda.

A todo esto quiero añadir un aspecto creo el más relevante a la hora de comer por el camino. Si realmente vamos haciendo cicloturismo, no hay nada mejor que parar en el siguiente pueblo y tomar unas cañas en el bar de turno, que situado estratégicamente en la plaza del mismo, nos permitirá primero descansar más cómodamente sentados en una silla, saborear una bebida fría en condiciones, conocer mediante un par de tapas la gastronomía local, charlar con la gente del pueblo con los que casi con seguridad la conversación será fácil y por último llenar nuestras botellas en esa centenaria fuente que brota para saciar la sed del viajero. No lo dudéis, esa será la mejor de las formas para comer por el camino.


El mejor de los avituallamientos en marcha, una cervecita en el bar del pueblo.

La cena, hora de reponer para mañana

Si tenemos en cuenta que no debemos atiborrarnos en el desayuno y durante el día la comida debe ser ligera, podremos suponer que la cena se convierte en nuestra comida principal de la jornada, a lo anterior se une que ya no tendremos que pedalear más y nos encontramos relajados. Conocer más a fondo la gastronomía local, permitirnos un trozo de tarta y por qué no una copa "digestiva", forma parte de todo esto de disfrutar del viaje.

En esta comida podremos aprovechar para "atiborrarnos" más y reponer esa energía perdida en la jornada, que en función de su dureza y consumo energético optaremos por tomar más o menos alimentos, aunque no debemos olvidar que irnos a la cama con la panza llena no nos permitirá tener un sueño reparador.

Buen momento tambien para reponer hidratos en forma de arroz o pasta, vitaminas y sales minerales mediante las verduras y las tambien importantes proteínas como nutrientes energéticos en forma de carne, pescado y huevos.

Conclusiones finales

Estas indicaciones están enfocadas a un cicloturismo en el que utilicemos servicios de alojamiento y restauración durante el viaje. El cicloturismo de autosuficiencia nos limitará en el cuando, qué y cuanto comer, con lo que muchas de las premisas anteriores no las podremos cumplir.

El aspecto psicológico lo califico como transcendental a la hora de realizar un viaje cicloturista. Se trata de disfrutar del viaje y de las experiencias que nos aportará el mismo, incluyendo las gastronómicas en el más amplio sentido de la palabra. Un viaje de muchas jornadas planteado comiendo a base de liofilizados de pasta, frutas, café de sobre y bastantes bocadillos, no será muy agradable y tras varios días seguro que acabarás arrimado a la mesa de algún mesón.

Siempre será mucho más interesante y enriquecedor conocer la zona por la que viajamos añadiéndole el componente social que supone el aspecto gastronómico, contribuyendo además verdaderamente al enriquecimiento de los sitios por los que pasemos y que en este caso será mutuo.

Que aproveche, buen apetito y...salud.

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3 comentarios:

Julen Iturbe-Ormaetxe dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
Fran dijo...

Un saludo, compañero.
Gracias por estas recomendaciones gastronómicas. La verdad es que he viajado poco en bici, y nunca han sido más de 2 etapas, pero está claro, que la mejor forma es esa, parar en el pueblo y comer algo, y para el tramo intermedio, unos frutos secos son lo mejor. Otra cosa que me va muy bien, es la sal. Si tomamos frutos secos salados, no hay que aportar más, pero si no, un poco de sal mineral, o marina, de casa, y te repones inmediatamente. Cuanto más sudes, más sal pierdes, y claro, lo notas del tirón cuando la tomas.
Salud, y a seguir caminando, o pedaleando.

Miguel Angel dijo...

Así es, unos frutos secos salados son ideales.
Gracias a ti por el apunte.